El hombre constantemente busca cómo mejorar su calidad de vida, lo que ha incrementado súbitamente gracias a los avances tecnológicos, los cuales tienen aplicación en diferentes sectores: automotriz, alimentario, productos de limpieza, medios de comunicación y muchos más. Para lograr las innovaciones disponibles en el mercado, la automatización de procesos es un punto clave mediante válvula neumática, sensores, alarmas y todo lo que evite el esfuerzo físico.
Las válvulas son aquellos dispositivos encargados de regular el caudal o presión de una sustancia que pasa por el interior de una sección de tubería. Estas son ampliamente utilizadas por la sociedad a diferentes escalas; en el caso del sector industrial, los procesos están migrando a sistemas automatizados, lo que implica que estas llaves tengan energía auxiliar para trabajar, si es con aire se denominan neumáticas.
Una válvula posee dos partes principales, el cuerpo y actuador. En esta última, como su nombre lo indica recibe la señal, por medio de la energía manual o auxiliar (neumática, mecánica, eléctrica, hidráulica) para que se accione el cierre o apertura de la misma.
En los hogares normalmente la acción de las válvulas es manual, debido a que son utilizadas puntualmente para distribuir el agua para el aseo y consumo, o el gas natural para la cocina y sistema de calefacción. Ahora bien, en las empresas de manufactura, la tendencia es más hacia lo automático, lo que se traduce en mayor número de producción, eficiencia y eficacia, especialmente cuando hay una dosificación determinada de una sustancia.
Cabe destacar, que dicha automatización, permite establecer los lazos de control en los procesos, donde a través de la manipulación del caudal o presión se logra un determinado rango de temperaturas y nivel, de manera indirecta. En tal sentido, los sistemas están más estables y se evita la posibilidad de errores humanos; además, ofrece mayor seguridad laboral en caso de fugas o derrames.
Las válvulas neumáticas, son las más demandadas comercialmente, debido a que resultan económicas. Su acción puede ser directa o inversa. En el primer caso, la señal de salida del aire permite el cierre, bien sea para regular o aislar completamente el fluido en cuestión y en el segundo, hay apertura.